Un gran paseo con más de 400 árboles, un estanque y fuentes de colores recorrerá la ribera de Zorrozaurre

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Un gran paseo con más de 400 árboles, un estanque y fuentes de colores recorrerá la ribera de Zorrozaurre

07/08/2023

La urbanización de la margen izquierda del canal de Deusto arrancará a principios de 2024 y la obra en la mayoría de trazado durará dos años

Continúa Bilbao generando espacios guapos en zonas antaño degradadas, entornos destinados al ocio tranquilo donde antes se generaba riqueza furiosamente. Como una metáfora del alma misma de la ciudad. Ahora le toca el turno a la margen izquierda del canal de Deusto, esto es, la ribera derecha de la isla de Zorrozaurre. Como elemento más exótico estará lo que se ha bautizado como el Parque del Agua, un espacio donde convivirá un estanque de 680 metros cuadrados con vocación de espejo, con una fuente próxima de 29 surtidores que emitirán agua, niebla y luz. Habrá graderíos de madera y tumbonas, artefactos para hacer deporte y extensas zonas verdes donde prenderán 411 árboles de 22 especies diferentes.

En total el paseo tendrá dos kilómetros de longitud, pero en primer lugar, a principios del año que viene, se va a empezar a trabajar en la urbanización del kilómetro y medio que se corresponde con los dos extremos. Se trata de los espacios ganados al canal con los rellenos, y de eso es de lo que estamos hablando. Esas zonas son oficialmente conocidas con la enrevesada denominación de Actuación Integrada 2 (AI2) del megaproyecto urbanístico de Zorrozaurre. Hagamos memoria: para darle al canal de Deusto una anchura uniforme que hiciese más eficiente el discurrir del agua en caso de avenida se ejecutaron esos rellenos en la isla. Las empresas que se encargaron de los trabajos, la UTE formada por Acciona y por Altuna y Uria, afrontaron el tajo a cambio de luego poder levantar ahí 780 pisos que les permitiesen rentabilizar la inversión (de unos 24 millones de euros).

Claro, para llevar a cabo esos aprovechamientos residenciales antes hay que urbanizar la zona. Hacer las calles. Y eso es lo que está ahora en ciernes: la ejecución de los espacios públicos que habrá en el entorno. El Ayuntamiento de Bilbao ya ha aprobado inicialmente el proyecto presentado por la UTE que, al no tener viales para coches (el tráfico discurrirá por el centro de la isla), constituye una continuidad de zonas verdes. Un paseo ribereño. Tras su próxima aprobación definitiva, las estimaciones municipales apuntan a que las obras arrancarán a principios del año próximo. Según el proyecto, los trabajos se prolongarán durante dos años y costarán unos doce millones de euros (seguramente acabará siendo más porque el presupuesto está elaborado hace más de un año).

Eso sí, la parte central del paseo, el medio kilómetro que se prolonga frente a las nuevas promociones de viviendas de San Ignacio, tendrá que esperar. Esa zona forma parte de la segunda unidad de ejecución de la Actuación Integrada 1 (AI1). Esto es, el centro de la isla. Se trata del ámbito más retrasado y aún habrá que aguardar bastantes años para que los planos tengan reflejo en el mundo real. Eso sí, los diseños están definidos de tal modo que lo que ahora se aborda, la urbanización de los extremos, tenga continuidad en los quinientos metros que quedan pendientes.

Unas grandes vistas

¿Y qué se va a hacer ahora? Comencemos por la punta norte, la que está frente a Elorrieta. Se trata de un espacio muy singular porque ahí se juntan los cauces del canal de Deusto y de la ría. Pero, sobre todo, ese vértice afilado enfocado hacia el mar tiene algo de observatorio total rodeado como está por el espejo acuático. Es además un lugar tranquilo, fin de ruta, no es sitio de paso para nada. Hay «calma, sosiego y paz», dice el proyecto. Por eso se van a disponer bancadas de madera en distintos niveles para que la gente pueda tomar el sol allí, contemplar el ocaso o simplemente disfrutar de las vistas.

Continuando hacia el sur, el siguiente punto relevante será una zona de juegos que estará a medio camino entre la punta norte y el puente de San Ignacio. El equipamiento estará «rodeado de taludes verdes para crear un ámbito específico y protegido donde la vegetación tenga protagonismo». El paseo seguirá con mayor anchura y una zona vegetal central con césped, arbustos y árboles. En el punto de encuentro con el puente, la ruta se unirá en la misma cota con él mediante rampas suaves, de entre el 3% y el 4%, y la calzada se atravesará por un paso de cebra.

El otro segmento que se ubica sobre los rellenos y que es ahora objeto de desarrollo está al sur y comienza junto al puente de Frank Gehry. El primer tramo tendrá dos alturas: un paseo que discurrirá justo junto al canal a cota más baja, y otro más elevado al nivel de los solares contiguos donde se levantarán los edificios. Entre ambos escalones habrá una franja verde con arbustos y árboles.

Por ahí se llegará a la zona más interesante, la que se mencionaba al inicio de la información. Justo antes estará una pradera en forma de ‘U’ angulosa justo donde ahora puede verse una escollera. En un principio el plan era que el relleno que ahora ocupa ese espacio se retirase para propiciar un entrante del canal en la isla. Luego se decidió mantener el relleno, pero situar sobre él un estanque que sugiriese cierta continuidad con la lámina de agua. Y por último, según el proyecto actual, se resuelve habilitar una extensa zona de césped «volcada al canal con mobiliario dispuesto a modo de gradas integradas en el terreno».

Efecto niebla

Tras atravesar una superficie arbolada llegaremos al estanque, pieza fundamental del Parque del Agua. En realidad, se tratará de «un espejo de agua ornamental» con una profundidad de unos quince centímetros. Sus 680 metros de superficie estarán limitados, en dos de sus laterales, por un banco de piedra; y los otros dos se rematarán «con una pendiente tipo playa para evitar la existencia de un escalón» entre esta zona y el lugar en el que estarán las fuentes verticales.

Se hace de ese modo porque la voluntad es que el agua procedente de los surtidores -que en el plano están a la izquierda del estanque y cuyos chorros emergen de debajo del pavimento- se deslice hacia la lámina de agua creando así un circuito cerrado.

Los 29 surtidores podrán impulsar el líquido hasta los dos metros de altura y tendrán focos de colores que también servirán para crear una atmósfera vistosa, especialmente cuando se active el efecto niebla. El estanque también dispondrá de cincuenta proyectores de luz blanca sumergidos en los laterales.

Por último, continuando el paseo hacia el norte y contando con que el planeamiento contempla en las inmediaciones la construcción de un equipamiento deportivo, habrá una zona para hacer ejercicios con los aparatos habituales: bicis estáticas, elípticas, rueda de estiramientos, banco de abdominales… De esto también habrá en alguna parte del recorrido en la punta norte.

La previsión, según el proyecto actual -que podría deparar algún cambio tras la información pública- es que se pueda disfrutar de todo lo anterior bien entrado el año 2026.

¿Por qué no se plantan más ejemplares?

La ley establece que por cada vivienda que se construya habrá que plantar un árbol. La UTE de los rellenos levantará promociones con unos 780 pisos junto a las zonas verdes. ¿Cómo es entonces que sólo se contemplan 411 ejemplares? Según el proyecto, es la cantidad «adecuada a las especies elegidas, ya que un aumento de arbolado únicamente iría en detrimento del correcto crecimiento y desarrollo de los mismos». Así que el resto se ubicará en los lugares del municipio que determine el Ayuntamiento. Hay que recordar que buena parte de la ciudadanía ha sido muy crítica con el escaso protagonismo de los árboles en nuevos desarrollos de la ciudad como el parque de Deusto o el paseo del Canal entre este barrio y San Ignacio.

Fuente: El Correo
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